La lucha de una maestra por no dejar morir la escuela rural de Torremelgarejo

El Ministerio de Educación habla de las escuelas rurales como "instituciones educativas de gran valor" que constituyen un elemento clave para el desarrollo social y la igualdad de oportunidades. Precisamente eso es la escuela rural de Torremelgarejo, barriada rural de Jerez. Más que un centro, es un 'hogar' que lucha por sobrevivir frente a la bajada de la natalidad y falta de inversión.

Carolina Izquierdo es la maestra de esta escuela y hace un llamamiento a la Administración, y a las familias, para evitar el posible futuro cierre del centro. Para el próximo curso, que está asegurado, hay 10 alumnos matriculados, pero teme que para próximos años llegue el 'tijeretazo'. Para luchar contra el adiós de este pequeño oasis para los niños, Izquierdo destaca las bondades de la escuela y reclama posibles acciones para atraer a más familias a la barriada rural.

"Tenemos una educación más alternativa, tipo Waldorf, Montessori... Se ha creado aquí una escuela pública, pero con otro aire, con un entorno que tiene mucha riqueza, con una metodología libre. Cumplimos con el currículo, pero de una manera diferente. Tenemos todo muy accesible, el campo, el cultivo, la gente mayor que vive aquí, las cosas que nos enseñan, que nos transmiten. Hay veces que estamos todos en la calle, en el huerto del cole... Si han sembrado algodón, estamos en el campo de algodón viendo cómo recogen el algodón; si hay maíz, lo mismo; si es el tiempo de las aceitunas, pues nos enseñan cómo se machacan... Todo lo tenemos muy a mano y el aprendizaje está ahí fuera", subraya la maestra.

Izquierdo tiene una gran vocación por la enseñanza y desde hace años ha ido creando un ambiente único. La pequeña escuela rural de Torremelgarejo es además una escuela unitaria, con el aula multigraduada en la que niños de diferentes edades y niveles de escolarización comparten el mismo espacio y tienen un único profesor. "No puedo hacer una cosa para cada uno. Yo hago lo mismo, pero adaptado a distintos niveles. En Primaria a lo mejor es un poco más distinto, porque ya ahí hay un salto bastante grande, pero si el de 5 años está aprendiendo algo, el que tengo de 3 años lo está viendo y escuchando a su lado, y claro, el de 3 es como una esponjita quedándose con un montón de cosas", remarca.

La maestra subraya que este año muchas familias de Jerez se han interesado por su proyecto educativo, pero al no contar con aula matinal es muy complicado dejar a los niños en la barriada rural y entrar en los trabajos. De ahí una de las reclamaciones de Izquierdo: "Necesitamos ayuda por parte de la Administración o de la delegada de la barriada para ofrecer un servicio por la mañana y al mediodía a los padres y madres que lo necesiten. El no tener este servicio ha sido uno de los principales inconvenientes en la matriculación de nuevos alumnos".

Además, la profesora solicita que se mantengan el número de profesores (2 maestras) "aunque no cumplamos el mínimo de alumnado. Hay que tener en cuenta las características específicas de este centro y la dificultad que supone estar con niños de edades tan diferentes y las necesidades educativas especiales que requieren algunos de ellos, y no solo tener en cuenta el número".

"Mucha gente no sabe de la existencia de colegios rurales, de la forma en la que trabajamos, el número tan bajo de alumnado que nos da la posibilidad de adaptarnos al ritmo individual de cada niño, trabajar sin prisas, sin libros, rodeados de naturaleza y con un ambiente familiar y acogedor. Una escuela así por privado es muchísimo dinero, y aquí es pública", subraya Izquierdo, añadiendo que "si el pueblo pierde su colegio lo pierde todo. Los niños son luz, risas, es una alegría para las personas de aquí... Es que el pueblo muere sin su escuela".