La Hermandad de Jerez pone rumbo hacia la aldea entre cantes y lágrimas

Fue en torno a las nueve y media de la mañana cuando, tras la misa de romeros, cuando la carreta del Simpecado de Jerez, plantado frente a la fachada de Santo Domingo, echó a andar. Gente, mucha gente, quizás más de lo habitual, se arremolinaba en torno a la carreta principal, que esperaba que la junta de gobierno organizase la comitiva para iniciar el camino hacia la aldea de este año 2025.

Antes, la iglesia conventual se había llenado de rocieros, curiosos y jerezanos que asistieron, al filo de las ocho de la mañana, a la misa oficiada por fray Daniel Wankun, una eucaristía en la que como cada año no faltaron las voces del Coro de la Hermandad del Rocío de Jerez ni las lágrimas de muchas personas, muchos emocionados ante lo que acontecía y otros por el recuerdo de los que ya no están o lo están pasando mal.

Junto a ellos, antiguos hermanos mayores como Felipe Morenés, Rafael Mateos, Raúl Rodríguez o Paco Gómez, una amplia representación de la sociedad local, desde la Unión de Hermandades al gobierno municipal, encabezada por su alcaldesa María José García Pelayo, el consejero de Presidencia de la Junta, Antonio Sanz, la delegada territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Tania Barcelona, y el delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Moreno.

En medio de la oración cantada del Coro de Jerez, el Simpecado se colocó por fin en la carreta, comenzando así el esperado peregrinar. Delante, un conjunto de piteros dando el mejor sonido a la hermandad, cuyo paso era esperado por muchos jerezanos pacientemente en la calle.

Al otro lado, en el bulevar de la Alameda Cristina, las carriolas, perfectamente adornadas, esperaban también impacientes el discurrir del Simpecado para ponerse en marcha. Y los caballos, no se puede concebir Jerez sin sus caballos, cuyos jinetes, con sus zajones y la medalla morada al cuello, abrían el cortejo tras los piteros Porvera arriba.

Antes de adentrarse en la carretera del Calvario camino de Sanlúcar, las paradas habituales. Los niños de la Salle San José esperaban a los rocieros con la ilusión de siempre. Suelta de palomas, cánticos y la entrega de un ramo de flores fueron nuevamente uno de los momentos de esta salida, que tuvo su segunda parada a las puertas de la Iglesia de la Victoria y finalmente, en el Santuario de San Juan Grande, donde, al ritmo de los piteros, el Simpecado bendijo a todas las personas allí presentes.

En principio, la Hermandad de Jerez tiene previsto embarcar en Bajo de Guía, en Sanlúcar, al filo de las 17.30 horas.